Tlaskamati

jueves, 17 de marzo de 2011

El libro interminable


Soy lectora. Es un vicio que tengo desde niña. Uno de mis abuelos tenía una librería y el otro una imprenta. Mi padre, editor, me dijo un día que posiblemente no cumpliría todos mis caprichos de ropa o juguetes, pero que para libros tenía un presupuesto inagotable. Lo inagotable para mí entonces era la biblioteca de casa, de donde fui sacando para leer los libros de las estanterías inferiores mirando como objetivo último, en las que estaban pegadas al techo, un par de enigmáticos tomos titulados El ser y la nada, de Sartre. Francamente, nunca llegué a ellos. A lo largo de mi vida he tenido y perdido varias bibliotecas con mis mudanzas. No obstante, he seguido acumulando libros que se amontonan en mi piso por todos lados. Hasta que un día me dije, ya basta. Y alguien muy querido me regaló un libro digital....

No hay comentarios: