Me dije, andará perdida? Estará herida por un guiñapo? Encerrada casualmente en mi cuarto?
Se acercó a mi cama, como buscando la muerte,… yo, no salía de mi asombro!
La había visto en el campo abierto, junto a los pastizales, siempre de noche; pues es cuando mejor relumbra.
La tomé en mis manos, quiso huir al instante; pero fui más fuerte que ella y le perdoné la vida arrojándola por la ventana…
Ayer de nuevo, ya apagada la luz; cuando me disponía a dormir, se abalanzó contra mí,.. Quizá asustada….
La tomé nuevamente, abrí la cortina y le dije: Vuela, linda luciérnaga! Vuela.
Doropeatón
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