Tlaskamati

miércoles, 4 de agosto de 2010

¿El narco desapareció a Gamaliel?... Ellos no eran vip?


Hace ya más de tres años que dejaron de ser vistos el periodista Gamaliel López y el camarógrafo Gerardo Paredes, luego de que los interceptó un convoy con miembros de un grupo desconocido. La desaparición de los periodistas de TV Azteca es una de las tantas cicatrices que acumula en su pecho una ciudad herida por todo el cuerpo como lo es hoy Monterrey.

Tras la afortunada liberación de cuatro colegas secuestrados en Lerdo, Durango, el tema de la seguridad de los periodistas se ha puesto sobre la mesa como nunca en mucho tiempo. Compañeros de la mayoría de los medios de comunicación realizarán una manifestación en la Ciudad de México y en otros estados del país el próximo sábado 7 de agosto al mediodía. La idea es evitar que el número de periodistas agredidos siga aumentando, tal y como ha sucedido durante el gobierno de Felipe Calderón.

En Nuevo León, la desaparición de Gamaliel y Gerardo es uno de los casos más graves que han ocurrido en cuanto a ataques a los medios de comunicación. Y como en la mayoría de los casos de este tipo, conocidos como levantones, sean periodistas o no, suele haber poco interés de las autoridades por esclarecerlos.

Sin embargo, acaban de aparecer informaciones interesantes sobre el caso de Gamaliel y Gerardo en un libro de Lydia Cacho, una gran periodista que tiene en su voz esa tempestad de los que hablan con honestidad y valentía. Esclavas del poder es un reportaje de largo aliento sobre la trata sexual de mujeres y niñas en el mundo. Lydia se mete a las cuevas de los lobos de países asiáticos, pero también lo hace en las de los lobos mexicanos, sobre todo en las de Monterrey y Cancún. En el capítulo 6, titulado “Argentina-México: armas, drogas y mujeres”, relata su excursión a Nuevo León para indagar una red de prostitución que había detectado en Cancún.

En la página 159 del libro publicado por Editorial Grijalbo, Lydia relata que durante su reporteo en la ciudad conoció a Gamaliel López:

“Hablé con Gamaliel, un joven reportero muy activo y con afición a la adrenalina. Este experto en cubrir notas policiacas conocía todos los rincones de Nuevo León, sabía los nombres de los policías encargados de dar protección a los tratantes de mujeres y menores y me había buscado hacía un año, después de que yo ganara el juicio contra la mafia de tratantes y del millonario Kamel Nacif. López tenía videos del intento de un secuestro similar al que hicieron conmigo los mismos policías enviados por un gobernador y Nacif. Algunos colegas me habían dicho que no confiara en Gamaliel, que le gustaba mucho el dinero...

“Esta vez Gamaliel se ofreció a ayudarme. Tenía información que podría ser útil y que él no publicaría en Monterrey. Me dio fotografías de algunos centros nocturnos que explotaban a menores de edad: había chicas de doce y trece años, en su mayoría mexicanas, pero también algunas brasileñas. Estaban produciendo pornografía infantil con una empresa de Río de Janeiro denominada Rua das meninas. Quedamos en que cada uno de nosotros seguiría investigando y hablaríamos por teléfono. Él ya había recibido un par de amenazas de muerte –como una gran cantidad de periodistas en México–, razón por la cual acordamos que en un par de semanas me llamaría desde un teléfono público.

“El 4 de mayo recibí un correo electrónico de Gamaliel diciendo que me enviaría información muy importante sobre el caso. El 10 de mayo Gamaliel López Candanosa y su cámara Gerardo Paredes Pérez, del canal TV Azteca Noreste, fueron secuestrados por un convoy”.

Cuatro días después de la desaparición forzada de Gamaliel, el 14 de mayo de 2007, fue asesinado el agente de inteligencia de la PGR, Nemesio Lugo Félix, quien de acuerdo con Lydia Cacho, la había contactado semanas antes para ofrecerle también información sobre la participación de funcionarios de los gobiernos de Nuevo León y Baja California en la red de trata de blancas que ella estaba investigando.

Lydia hace público también en su libro un encuentro privado que sostuvo con Fernando Sada Tamez, un regiomontano que fue delegado del Instituto Nacional de Migración en Cancún, quien al ser interrogado sobre las redes de prostitución en Monterrey y sus vínculos gubernamentales, le dijo: “Mire, Lydia, yo no sé nada de esto. Es mejor que se mantenga al margen. No está en mis manos. No se expongan. Esta plática no sucedió”. Y tres semanas luego de esa charla, Sada abandonó su puesto en Migración. Actualmente es el secretario técnico de la Comisión de Fomento y Comercio Industrial, presidida por el senador por Nuevo León, Eloy Cantú Segovia.

¿Quién desapareció a Gamaliel López y a Gerardo Paredes?, ¿fue el narco o se trató de algún ente aún más siniestro y poderoso?

Historias de Nadie


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