La web como la conocemos hoy no sería la misma sin Adobe Flash. Antes de su aparición en el mercado, las páginas de internet tenían múltiples problemas para desplegar video, audio y animaciones. Pero llegó Flash y todo cambió. Hoy un gran porcentaje de sitios -hay quienes dicen que el 90%- usan Flash en alguno de sus contenidos.
Pero su existencia está bajo amenaza. Algunas empresas encabezadas por Apple han lanzado una ofensiva pública contra la plataforma a la que consideran problemática y cerrada. Los productos móviles de la empresa de la manzana, por ejemplo, no incluyen Flash.
Sin embargo, no es esta ofensiva lo que representa el mayor peligro para Adobe. La red también evolucionó y ahora cuenta con un nuevo lenguaje llamado HTML5, que no requiere Flash para reproducir audio y video.
¿Significa todo esto que los días de Adobe Flash están contados?
El lenguaje HTML es el pequeño código que ustedes no ven, pero que permite que su navegador favorito despliegue las páginas tal cual fueron diseñadas. Es el lenguaje de la web, y como tal, ha ido evolucionando con el paso de los años. Su nueva versión, la 5, permite desplegar contenido multimedia sin ningún plug-in adicional, es decir, sin Flash.
Pero HTML5 está lejos de ser una realidad. Para empezar no todos los navegadores lo entienden. En la actualidad sólo las versiones más nuevas de Firefox y Safari, además de Google Chrome pueden leer el código, lo que equivale a poco más del 30% del mercado de navegadores en el mundo.
Sin embargo, el nuevo código podría recibir un fuerte empujón si la nueva versión de Internet Explorer lo adopta como estándar, tal cual está previsto.
El que más navegadores tengan soporte para HTML5 no se traduce, sin embargo, en la muerte de Flash. Hay otro problema. Cuando se trabaja con videos en internet es necesario usar un pequeño programita llamado codec que comprime el video para que sea posible verlo en la web. Los navegadores que leen las páginas tienen que entender el codec que comprimió el video para poderlo reproducir. Con Flash eso no es un problema. La plataforma toma el video y lo convierte a su propio estándar de modo tal que todo el proceso es sencillo.
El dolor de cabeza para el HTML 5 es que hasta ahora no hay un codec uniforme. Algunos sitios usan uno llamado H.264 y otros uno llamado Ogg. Algunos navegadores entienden uno, pero el otro no. Para poder reemplazar a Adobe Flash los sitios y los navegadores tendrían que usar todos el mismo codec. Ahí radica uno de los salvavidas de Adobe.
YouTube, por ejemplo, ya tiene un sitio experimental en donde se pueden ver videos sin Flash, utilizando HTML5. Pero el sitio mantiene la mayoría de sus videos en Flash. Es probable que varios sitios sigan el ejemplo de YouTube y ofrezcan a sus usuarios ambas opciones.
El otro ángulo de esta disputa es móvil. Al excluir Flash del iPhone, iPad y demás productos que empiezan con "i", Apple busca eliminar la plataforma multimedia de Adobe del terreno portátil.
Pero Google llegó al rescate de Flash. Los teléfonos con el sistema operativo Android más reciente, si tienen soporte para Flash, convirtiendo la navegación en estos dispositivos en una experiencia similar a la que se obtiene en una computadora de escritorio, a diferencia de lo que ocurre con los productos de Apple.
De hecho Adobe está alentando a sus programadores a que desarrollen más aplicaciones para Android como una apuesta para sobrevivir en este mercado. Además se espera que las nuevas versiones de Flash contengan nuevas características como videoconferencias, entre otras. Adobe quiere que Flash siga siendo necesario.
Mientras esto ocurre, HTML5 sigue creciendo. Se espera que en dos años más del 60% de los navegadores lo entiendan y adopten. Eso, sin embargo, podría no ser el inicio del fin de Flash, sino más bien la llegada de un nuevo compañero que abrirá una nueva competencia.
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