Tlaskamati

sábado, 9 de abril de 2011

Vivir solo

La periodista Mey Zamora propone un mapa de ruta para los solteros, para los que vuelven a serlo, para los que se independizan o para los que estrenan casa.

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Madrid, España.- Mey Zamora tuvo que optar entre su profesión y el cuidado de su familia cuando los niños hicieron su aparición. Madre de cuatro hijos, se decantó por el hogar como principal opción de vida, pero aprovechó su experiencia para dar consejos literarios profesionales sobre esta materia, fruto de la cual alumbró: "¡Socorro! Me independizo".

Casada también con un periodista, Mey perfila este libro como un manual de consulta de su experiencia doméstica porque “la casa es una empresa en la que cada uno tiene su trabajo y en la que, viviendo el orden, amueblamos la cabeza de nuestros hijos”, asegura.

Para Mey, el mejor regalo que podemos dar a nuestros vástagos es que aprendan a arreglarse por sí mismos cuando se independicen y que sean conscientes de que, tras la alegría inicial, “tendrán más responsabilidades y trabajarán más”.

DE UNA CASA A UN HOGAR

Para conseguir que una casa se convierta en hogar, la experta enfatiza: “nuestra casa no es un museo, sino un espacio donde vives, por lo que los objetos se deben usar pero también cuidar ya que, cuanto más los cuidas, más te duran y están en mejor estado para utilizarlos”, y añade: “en la casa tienes que invertir tiempo, trabajo y ganas".

Del mismo modo, para Mey los muebles forman parte importante de nuestra vida y hay que escogerlos según nuestros gustos y necesidades, "pero teniendo en cuenta que nos faciliten la existencia, ya que un hogar es nuestro punto de referencia, desde donde partes cada día y hacia donde regresas para refugiarte".

Este libro, a juicio de la autora, no intenta promover la independencia, sino ayudar a los jóvenes en su futura emancipación, “como un modelo a seguir” y Mey ha utilizado testimonios muy cercanos y de primera mano de jóvenes “independizados” para saber cuáles fueron sus problemas iniciales.

Con una gestación de nueve meses, como si de su quinto hijo se tratara, Mey reivindica el papel voluntario de ama de casa, sin ser por eso excluida de la sociedad, y pone especial énfasis en la idea de que “una casa se convierte en hogar cuando ya hay vivencias y yo ayudo a montar una casa para construir un hogar con mimo y cuidados”.

“Intento poder ayudar a las personas no familiarizadas con esta problemática, desde buscar un casa, hasta aconsejar sobre la letra pequeña de los contratos o sugerir trucos, porque las tareas domésticas no tienen que ser un castigo ni una penalización”, argumenta Mey.

DECÁLOGO DE BUENAS INTENCIONES

La periodista es consciente de las actuales dificultades de los jóvenes para abandonar la casa de los padres por la crisis económica aunque reconoce que “lo bueno que tienen los jóvenes es que ahora existe IKEA, una empresa de muebles prácticos y de bajo coste, con lo que pueden amueblar su hogar con poco dinero y con su sello personal”.

Aunque los consejos de este libro estén especialmente dedicados a los jóvenes que deciden lanzarse "a la piscina", también sirve para situaciones como el divorcio, la viudedad y para todas aquellas personas que quieran ampliar sus conocimientos domésticos y convertir su casa “en su refugio, en su dulce hogar” enfatiza Mey.

La periodista finaliza sus sabios consejos con un decálogo de buenas intenciones:

- Tu casa es tu nido, tu situación en el mapa. ¡Cuídala!.

- En casa encuentras el espacio para tu intimidad y también para tu sociabilidad.

- Tu hogar es el mejor hotel y SPA del mundo. En él puedes disfrutar del mejor descanso, del baño más relajante, de la comida más apetitosa o de la celebración más deseada.

- La vida doméstica requiere un poco de tiempo diario y a cambio te proporciona mucha calidad de vida.

- Tu casa dice mucho de ti y de tu personalidad. Imprímele tu sello personal y huye de clichés.

- Abre la puerta de tu casa a las personas que quieres.

- Limpia y ordena tu casa para vivirla. No la conviertas en un museo que te esclavice a ti y ahuyente a los demás.

- Si convives con más personas, establece unas normas no escritas de buen funcionamiento doméstico.

- Disfruta con la casa donde vives. Es tu hogar. No pospongas la mejora para la casa de tus sueños.

- Come, duerme, lee, mira un partido de fútbol, monta una tertulia, escribe, cocina, plancha, riega las plantas, ponle corazón a tu casa.

DESTACADOS:

* “ ”Una casa se convierte en hogar cuando ya hay vivencias y yo pretendo ayudar a construirlo con mucho mimo”, subraya la comunicadora.

* ”Las tareas domésticas no tiene que ser un castigo ni una penalización”, enfatiza Zamora, una periodista que se decantó por el cuidado del hogar y de sus cuatro hijos como principal opción de vida.

* “Nuestra casa no es un museo, sino un espacio donde vives, por lo que los objetos se deben usar pero también cuidar ya que, cuanto más los cuidas, más te duran y están en mejor estado para utilizarlos”, advierte Mey.

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