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sábado, 27 de noviembre de 2010

Qué intereses poderosos colocaron a Ernesto Zedillo en grupo PRISA?

Algunos miembros del nuevo Consejo de Administración de PRISA posan para los medios durante la Junta General Extraordinaria celebrada este sábado en Madrid, en la que los accionistas han aprobado la entrada de Liberty en el capital.- CRISTÓBAL MANUEL


Los accionistas de PRISA han dado luz verde en la Junta General Extraordinaria de la compañía, celebrada este sábado en Madrid, a la operación de ampliación de capital mediante la cual ingresará 650 millones de euros y por la que los inversores presentes en Liberty pasarán a ser accionistas del Grupo.

La aprobación por la junta se produce una vez que el pasado miércoles, los accionistas del vehículo inversor (SPAC) Liberty Acquisitions Holding Corp aprobaran por amplia mayoría su entrada en PRISA en una Junta General celebrada en Nueva York.

La transacción se articula mediante la adquisición del 100% de Liberty por parte de PRISA, que se realizará mediante una ampliación de capital en especie con un canje de acciones por la que PRISA obtendrá una caja neta de unos 650 millones de euros, y los inversores de Liberty pasarán a ser accionistas del Grupo. PRISA procederá después a la disolución de Liberty.

El presidente de la Comisión Ejecutiva del Consejo, Juan Luis Cebrián, señaló que el accionista de referencia de PRISA permanecerá como socio de control de la compañía, y queda garantizada la continuidad de la actual gestión. En un primer momento mantendrá el 38% de las acciones con derecho a voto y, una vez que se complete la operación en el plazo de tres años y medio, pasará al 30%, quedando el 70% restante en el mercado (free float). Los títulos cotizarán en las Bolsas de Madrid y Nueva York.

Los inversores de Liberty recibirán, por cada acción del SPAC, 1,5 acciones ordinarias de PRISA y 3 acciones convertibles sin voto, y cincuenta centavos de dólar en efectivo. Los tenedores de warrants de Liberty recibirán por cada uno de ellos 0,45 acciones ordinarias de PRISA y noventa centavos de dólar en efectivo. Sus tenedores pueden canjearlas por acciones ordinarias durante los próximos tres años y medio, fecha en la que la conversión será obligatoria, aunque con una cláusula de protección del valor si en ese momento la acción registrara un precio inferior a 2 euros. Como consecuencia de ello, la junta aprobó la emisión de 224,85 millones de acciones ordinarias y 402,98 millones de acciones convertibles sin voto.

Por su parte, los accionistas de PRISA que lo fueran antes del 23 de noviembre tendrán derechos de suscripción de 1,1 nuevas acciones ordinarias de la compañía por cada título que tengan en la actualidad, a un precio de 2 euros por acción. Podrán negociar mediante warrants sus derechos de suscripción en la Bolsa de Madrid durante los próximos 42 meses.

De ejercerse estos derechos en su totalidad la compañía emitirá 241 millones de acciones ordinarias nuevas y entrará un efectivo de 482 millones de euros, adicionales a los 650 millones que ingresa ahora, con lo que al término de tres años y medio la ampliación de capital supondrá un total de 1.132 millones de euros.

PRISA incorporó en abril al fondo DLJ South American Partners al 25% en Santillana. Este mismo mes de noviembre, las autoridades de Competencia dieron luz verde a los contratos firmados con Telecinco y Telefónica, que suponen la entrada de 970 millones de caja por la venta de sendos porcentajes del 22% de Digital+ a cada una de dichas compañías, controlando PRISA el 56% del capital de la plataforma de pago. También se producirá en diciembre la integración de Cuatro y Telecinco en una nueva empresa audiovisual de la que PRISA tendrá el 18,3%.

Cebrián señaló que el conjunto de las operaciones supone una entrada de caja, a lo largo de este año, de 1.900 millones de euros y una atribución de valor en acciones de la nueva Tele 5 de 561 millones. Añadió que estos recursos se utilizarán fundamentalmente para reducir deuda, pero más de 200 millones quedarán en manos de PRISA a fin de restaurar el capital circulante y financiar las operaciones de reestructuración que la compañía necesita.

EL PAÍS - Madrid

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