Tlaskamati

martes, 2 de noviembre de 2010

Las Abandonadas - Manuel Bernal


Poema " Las Abandonadas " Autor Julio Sesto
Recitado exelentemente por Manuel Bernal

1 comentario:

Unknown dijo...

Los Corridos


Cuanto dolor causan los pobres corridos
que unieron sus vidas a sueños fallidos
creyeron, las faldas de mujeres recias
cubrirían sus faltas, vicios y carencias

Como perro flaco, enfermo, con roña
provocando asco y desprecio a una Doña
como joya falsa mejor que se pierda
no hay mujer que quiera un inútil de mierda

Todos los corridos son aires viciados
vagan por la vida como mutilados
no les queda alma, su aliento es podrido
lleno de promesas que nunca han cumplido

Como a popó fresca les huye la gente
si se embarra alguien como se arrepiente
son comidas finas defecadas toscas
reciben visita solo de las moscas

Cuanta repugnancia causan los corridos
llevan en su ropa tonos percudidos
tienen en la frente la p del pendejo
cargan en la cara el yerro en un dejo

Entre tanta chica sedienta de amores
iluminan vidas solo por fulgores
no hay soporte firme son irresponsables
cortan compromisos con miedos por sables

Les huele la cola, les hieden las patas
no tienen motivos, viven entre ratas
regalan sus días a los veladores
a los cantineros, son trasnochadores

Los pobres corridos no tienen ni casa
ni siquiera toman café en una taza
no tienen cobijas, ni donde dormir
nómadas por siempre, les gusta sufrir.

Lástima me causan los infortunados
de espíritu corto, de bríos menguados
como la semilla de estéril cimiento
no caen en la tierra, se van con el viento

Pobres los corridos de mente que exculpa
de ser perdedores no creen tener culpa
pues la madre suerte no animó sus almas
ni agitó sus ganas, ni movió sus calmas

Llevan por zapatos dos bolas de plomo
que arrastran despacio no tienen aplomo
no exigen su sueldo, ni sueñan fortunas
viven miserables, andan en ayunas

Dios se apiade de ellos, los tristes corridos
que andan por el mundo fuera de sus nidos
en casa dejaron a sus heredados
forjaron en vano, no fueron medrados.

Amaranta Madrigal ©