Es indispensable una nueva licitación
La ruptura de la alianza de las empresas Televisa y Nextel confirma la irregularidad en el proceso de licitación que les otorgó a esas firmas 30 MHz nacionales de espectro radioeléctrico a un precio de ganga. El interés público involucrado en esas transacciones obliga a que Nextel y Televisa ofrezcan explicaciones detalladas, más allá del escueto comunicado que expidieron esta mañana.
Como numerosas voces han insistido, la decisión de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Comisión Federal de Telecomunicaciones para otorgar 30 MHz al grupo conformado por esas empresas fue irregular y de legalidad controvertible. El enganche que se comprometieron a entregar sería de únicamente 180 millones de pesos mientras que otras empresas (Telcel y Telefónica) accedieron a pagar, por un segmento de las mismas dimensiones, 5068 millones de pesos.
El pasado 1 de octubre la SCT entregó la concesión por esos 30 MHz al consorcio Nextel-Televisa. Si ese consorcio ya no existe, la concesión no puede tener validez. Ahora la autoridad necesita restablecer el procedimiento y convocar a una auténtica licitación, con reglas equitativas para todos los interesados en participar y, sobre todo, que aseguren que se respete el interés de la Nación en la asignación de ese tramo del espectro radioeléctrico.
Algunos de los litigios en curso, motivados por las inconformidades legales de otra empresa de telefonía, están demostrando también las irregularidades de la Licitación 21. El desenlace de esas querellas podría conducir, igualmente, a que se realice una nueva licitación. No hay que olvidar, sin embargo, que la empresa promotora de esas demandas forma parte de un consorcio que no se ha distinguido por su acatamiento a la ley. El hecho de que una empresa del grupo del cual forma parte Televisión Azteca promoviera demandas contra Nextel-Televisa no debiera hacer olvidar episodios como la toma de las instalaciones del Canal 40 en 2002, de la misma manera que las trampas de TV Azteca en aquella y tantas ocasiones no deslegitiman las denuncias de otras voces contra la adjudicación, también tramposa, de la Licitación 21.
La decisión de Televisa para romper su alianza con Nextel pone en evidencia la errónea política del gobierno del presidente Felipe Calderón para favorecer a la propia Televisa. El operador supuestamente nuevo que incursionaría en telefonía celular, las inversiones aparentemente comprometidas y el desarrollo que se le daría a partir de esa alianza a la banda en donde están localizados los 30MGz asignados de manera tan irresponsable, han desaparecido como resultado de una decisión de negocios.
Ahora es indispensable que sea repuesta la licitación pero, además, que en la transición a la televisión digital haya una política de asignación destinada a favorecer nuevos competidores y no a las empresas que ya usufructúan frecuencias para televisión. Sería inadmisible que los Megahertz para telefonía que Televisa rechaza ahora en su alianza con Nextel, los obtuviera dentro de pocos meses y de manera gratuita como resultado de los nuevos usos que podrán tener las frecuencias de televisión digital. Si hubiera servicios agregados como los de telefonía en esas bandas, tendrían que ser autorizados mediante una contraprestación equivalente al precio en el mercado de esas frecuencias.
México D.F., 18 de septiembre de 2010
Asociación Mexicana de Derecho a la Información, A.C.
Dr. Raúl Trejo Delarbre
Presidente
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