Tlaskamati

jueves, 21 de octubre de 2010

Los Spots de AMLO, el IFE y la “Institución” Llamada Peña Nieto

Con la intención de frenarlo, el Instituto Federal Electoral logró todo lo contrario frente al fenómeno de resurgimiento de Andrés Manuel López Obrador y el movimiento que encabeza.

El epicentro de este fenómeno es el Estado de México, el territorio del Copete más caro de la política mexicana. El pretexto fueron dos spots transmitidos por el Partido del Trabajo, que el IFE consideró “denigratorios” y constitutivos de “actos anticipados de campaña”. Y el contexto real es la contienda adelantada por el 2012 que se percibe claramente en las pantallas televisivas y, en especial, en Televisa.

La historia de este reciente episodio inicia el 11 de octubre cuando el PT comenzó a difundir en los tiempos de Estado que por ley le corresponden dos spots titulados “No nos Vamos a Dejar”.

Dejemos que el propio Instituto Federal Electoral, en el expediente SCG/PE/PRI/CG/ 115/2010 nos describa el contenido de estos spots que despertaron la ira del PRI en el Estado de México:

En los promocionales denunciados se observa una secuencia de imágenes en las que se puede apreciar a los CC. Andrés Manuel López obrador, otrora candidato a presidente de la República Méxicana postulado por la extinta coalición ‘Por el Bien de Todos’; Carlos Salinas de Gortari, ex presidente de la República Mexicana; Enrique Peña Nieto, gobernador constitucional del Estado de México, y Elba Esther Gordillo, presidenta nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), a la par de expresiones como: ‘la mafia del poder que se adueñó de México responsable de la tragedia nacional’,’la mafia del poder que se adueñó de México responsable de la actual tragedia nacional del desempleo, de la pobreza, de la inseguridad y de la violencia’, ‘todos sabemos que desde hace seis años la televisión promueve a su candidato como si fuera un producto chatarra apareciendo día y noche en una interminable telenovela la minoría que se siente dueña de México’”.

El contenido de estos spots generó una queja por parte del PRI. Dos consejeros del IFE, integrantes de la comisión de quejas, Marco Antonio Baños y Virgilio Andrade, ordenaron el retiro del spot como medida cautelar porque “hay indicios” de que pueden constituir propaganda denigratoria.

El resolutivo del IFE, una verdadera joya del análisis semiótico parcial, que nunca se realizó cuando aquellos spots del “Peligro para México” –en aquella ocasión, la mayoría de los consejeros consideraron que se trataba de un ejercicio de libertad de expresión- afirma que:

“A juicio de esta autoridad, los elementos referidos en su conjunto, sí podrían causar un menoscabo en la imagen del partido promoverte y en la de la institución del Gobernador del Estado de México”.

¿Desde cuándo un gobernador deja de ser una autoridad pública para convertirse en una “institución”? Eso nunca lo define el resolutivo. Y continúa:

Ya que aún cuando no se refiera al partido quejoso en específico sí existe una vinculación lógica entre los personajes exhibidos en el promocional (militantes distinguidos del Partido Revolucionario Institucional) y el instituto político en el que militan y que además los postuló a un puesto de elección popular, aunado a que en la especie dicha propaganda también podría menoscabar el respeto, prestigio y fama pública de la institución del Gobernador Constitucional del Estado de México”.

¿A quiénes considera “militantes distinguidos” del PRI? ¿A Elba Esther Gordillo? ¿Qué acaso “la maestra” no dejó de ser militante priista para convertirse en la promotora y financiadora del Panal? ¿Desde cuando el IFE otorga distinciones a los militantes de un partido en función de la transmisión de un spot?

La segunda parte es mejor. Consideran que puede menoscabar “el respeto, prestigio y fama pública” de “la institución” llamada Enrique Peña Nieto. ¿Acaso el mandatario del Estado de México no alienta su prestigio y fama pública desde hace más de cuatro años con una intensísima campaña de infomerciales, publicidad integrada y spots en los medios masivos, especialmente en las pantallas de Televisa y TV Azteca? ¿Entonces cualquier referencia o crítica a la onerosa y expansiva presencia de Peña Nieto en los medios masivos puede dañar a “su institución”?

Al IFE le preocupó en su resolutivo no sólo los “militantes distinguidos” del PRI sino el uso de las expresiones “tragedia” y “mafia”. Estas afirmaciones, asevera el IFE:

“No aportan nada al debate político y a la consolidación de la opinión pública informada y carecen de elementos objetivos que pudieran sustentar las aseveraciones que se hacen en éstos, por el contrario, pudieran entenderse como denigratorios en perjuicio de los ciudadanos cuya imagen se transmite, del instituto político al que pertenecen y de la institución del Gobernador del Estado de México, en el entendido de que uno de los personajes que se muestran en las imágenes ocupa tal cargo público”.

El razonamiento del IFE es una joya de la censura. Resulta que los señores consejeros cuentan con la sabiduría necesaria para saber qué es lo que sí aporta al debate político y qué no. Mejor aún, resulta ahora que en una contienda política no se puede mencionar ni transmitir una imagen del adversario, porque es denigrante. Entonces, hagamos spots con hologramas y avatares.

El PAN también se inconformó con el segundo spot porque “denigra” a la institución presidencial, encarnada en Felipe Calderón y también exigió el retiro de los promocionales como medida precautoria.

De manera inédita, la verdadera alianza en el Estado de México fue la de PRI y del PAN. Voluntariamente o no, los dos partidos acabaron por respaldar la tesis principal de López Obrador en su reciente gira por el Estado de México: la alianza que se teje no es la del PRD de la corriente de los Chuchos con la del PAN calderonista, sino la del PAN y del PRI para borrar a la izquierda en el escenario electoral del 2011 y del 2012.

La Respuesta de AMLO

Después de las medidas cautelares para suspender los spots, López Obrador acudió al IFE para defenderse frente a las acusaciones de “denigración” y de que los promocionales del PT constituyen, esos sí, “actos anticipados de campaña” y no la larga sucesión de infomerciales de Peña Nieto.

“A Salinas lo invitaron a comer (al IFE) y a mí a comparecer”, ironizó López Obrador en la rueda de prensa, realizada poco después de su comparecencia.

Político formado en el contragolpe, López Obrador les reviró a sus convocantes del IFE:

“Exijo a ustedes en el margo de esta indagatoria se solicite a Carlos Salinas, a Elba Esther Gordillo, a Enrique Peña Nieto, a Vicente Fox, a Felipe Calderón, a Manlio Fabio Beltrones que aporten la misma información de sus bienes y patrimonio que me ha requerido el IFE”.

El ex candidato presidencial negó que su gira por el Estado de México y que los spots del PT constituyan “actos anticipados de campaña”. Sobre la tesis del IFE y del tribunal electoral de que sus promocionales “denigran” la institución presidencial, López Obrador lanzó una respuesta política que obviamente tiene resonancia entre sus seguidores y muchos ciudadanos más que han vivido la tragedia de este sexenio:

“Yo no daño la imagen presidencial. La denigra quien no ha sabido estar a la altura de las circunstancias y de los anhelos del pueblo.

“Envilece la investidura quien me acusa de ser un peligro para México, dando así el banderazo de salida a la campaña de odio y rencor en contra nuestra en lugar de gobernar como hombre de Estado. Demuestra que no es más que un jefe de facción”.

Por segunda vez en menos de un mes, López Obrador logró revirarle a Felipe Calderón su expresión de “peligro para México”.

La presencia del ex candidato presidencial en el IFE constituyó un acto político. Es la contracara de la conferencia que Carlos Salinas de Gortari ofreció hace una semana, en medio de un fuerte operativo de seguridad, para pontificar sobre la democracia y la alternancia.

Los viejos antagonistas vuelven a encontrarse de esta manera. Todo parece indicar, según las propias encuestas y la reacción de los ciudadanos mexiquenses en sus mítines, que López Obrador ha revivido. Y esto, por supuesto, no estaba en los cálculos del PAN, del PRI ni de los organismos electorales federales.

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