Voces quedas....

LA GITANA PEQUEÑITA


Se subió a mi camión una mañana,
Sí, el que me lleva a la rutina diaria.
Abrió un resplandor al entrar estrecha,
Estrecho pasillo que cedió a su paso…
en pausados vaivenes, el tiempo detenía.

Su estatura pequeña la engrandecía,
Blusa, silueta de su cuerpo,
Extracto del cuento de princesas,
Zapatillas de colores que resplandecían.

No era una gitana, pues lo parecía,
De nariz aguileña, perfil de pintura
De labios delineados y aunque sonreía;
Tímidamente, y decía: ¡hola, buen día!

Paloma inquieta, flor que el viento mecía…
Caminó como en pasarela y dijo;
En la esquina bajan!


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LA DOCTORA QUE SILBA

Chiflaba de pico a oído. Es un jilguero?
No, me dije; ha de ser un mozo que deambula
y va siendo mi sorpresa; una bella oftalmóloga.
Desde recepción hasta quirófano inundaba todo,
de silbidos a un público que perplejo la veía.

Me evocó los tiempos aquellos del monte,
En compañía de los grillos y pastizales.
Ante mí, una singular Doctora en marzo
Cantaba alegre, cual cenzontle lisonjero…

En un caballo blanco, en un monte de concreto,
Se fue silbando sola, galopando en el viento.

Doropeatón