Foto: Cristina Rodríguez/ archivo La Jornada
Políglota, intelectual,
tenor, poeta, novelista,
prolífico articulista
lúcido, agudo, puntual,
su compromiso social
como hombre y como escritor
me hacen decir en su honor
que lejos de cortesanos
y montículos enanos
Carlos fue Montemayor
Jamás un rehén de “pactos”,
sino ave libre y canora
que en el aquí y el ahora
enraizó palabras y actos,
no en los árboles abstractos
anidaba su escritura
fueron justicia y cordura
diaria reivindicación,
México fue su pasión
¡su clandestina ternura!
La crítica del poder,
la violencia del Estado,
el México lastimado
trepidaban en su ser,
fue el suyo –y lo dejó ver–
un corazón guerrillero,
Genaro y Lucio en Guerrero
y el pueblo al que tanto amó
le dicen igual que yo:
¡hasta siempre Compañero!
La obra y persona de Carlos Montemayor nos merecen una profunda gratitud. Siempre lo admiramos, siempre aprendimos de su sabiduría, siempre nos hará falta, siempre vivirá en nuestro canto y en nuestros pasos… Marzo 2010. Sierra Gorda de Guanajuato.
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