Es posible volar sin tener alas
y nadar sin necesidad de ser un pez.
Puedo sentarte frente a mí
mientras me tapo
los ojos con las manos,
y hasta sentir que te toco
aunque no estés aquí.
Pero, cómo podría, sin ser Neruda,
decirte lo que quiero decirte
y que lo oigas como quiero que lo oigas.
De vez en cuando me digo: quizás es cierto,
quizás nos conocemos desde hace siglos
y me subo al delirio y me relamo
y hasta creo recordar nuestros caminos desandados
y aquellos maestros compartidos,
y El arte de amar y El principito
y La casa redonda
que alguna vez debimos leer juntos.
Y un minuto después, ya estoy diciendo:
No es cierto. No puede ser verdad.
No existes y si existes jamás nos encontramos.
Porque si todo fuera
Como yo me lo imagino,
Jamás podría perdonarte
tu inoportuno y absurdo silencio
de estos últimos 50 años.
MARTA BUJÓ
de Antología de un tiempo que no fue
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