Tlaskamati

domingo, 17 de mayo de 2009

ENDEUDADO? YOOOOOOOOOOO.........





En un periodo de tan sólo 30 días, el gobierno de México ha acumulado préstamos internacionales aprobados que podrían superar los 80 mil millones de dólares. Esta cantidad rebasa el total de las reservas internacionales del país, que hoy suman 76 mil 313 millones de dólares. Previendo que la recesión iba a empeorar, la administración del presidente Felipe Calderón, a través de la Secretaría de Hacienda (SHCP) y del Banco de México (Banxico), solicitó el pasado 1 de abril una Línea de Crédito Flexible (LCF) al FMI por un monto total de 47 mil millones de dólares. En la solicitud enviada a Dominique Strauss-Kahn, director general del FMI, el gobierno de México aclara que tiene “la intención de que (la línea de crédito) sea de carácter precautorio”.
Precisa lo siguiente: “complementará nuestra estrategia macroeconómica global y fortalecerá la confianza hasta que las condiciones externas mejoren”. Pero por más “precautoria” que sea la intención, el hecho es que la presión económica está orillando a la administración federal a utilizar uno de los mecanismos más temidos por las generaciones que han sido golpeadas por las crisis económicas: el crédito y el endeudamiento.
El 17 de abril, el FMI aprobó la solicitud de México, convirtiéndose así en el primer país que recibe un crédito de este tipo. Al mismo tiempo, se impuso un récord: la línea de crédito otorgada representa el convenio financiero más cuantioso en la historia de ese organismo internacional. Los recursos aprobados duplican la cantidad que recibió la administración de Ernesto Zedillo del FMI durante la crisis de 1995. El préstamo de 20 mil millones de dólares –27 mil millones menos que el monto autorizado en abril pasado– se terminó de pagar en 2000, cinco años antes de lo acordado. La diferencia entre un préstamo y otro, además del evidente contraste en la suma total, está en las condiciones y el plazo. El crédito de 1995 comprometió al gobierno zedillista a poner en práctica acciones, políticas y recomendaciones económicas. Además, debía ser pagado en 10 años. La “ventaja” de la LCF es que, aparentemente, no existen condicionantes, es “flexible”, como su nombre lo indica. El analista económico Rafael Olivas señala que en este caso, las condiciones del FMI son “implícitas”. En términos generales, se refieren a la importancia de mantener sanas las finanzas públicas. Con este nuevo esquema de crédito, el FMI “premia” a las economías sólidas que buscan prevenir una crisis más severa. En la solicitud aprobada, el organismo internacional aclara que “los desembolsos no son escalonados ni están condicionados al cumplimiento de metas de política económica, como sucede en el caso de los programas tradicionales respaldados por el FMI”. El plazo de pago es de 12 meses, así que cualquier cantidad que el gobierno de México decida ejercer, tendrá que ser liquidada con los intereses correspondientes en un año.

Hoy México está en crisis. Y ante “la más severa recesión desde la posguerra”, como la describió Guillermo Ortiz, la tentación de utilizar los 47 mil millones de dólares del FMI es más fuerte que nunca. La otra deuda Con la reforma de Petróleos Mexicanos (Pemex), que se concretó el 28 de octubre de 2008, la deuda externa del sector público federal se elevó 200 por ciento al pasar de 27 mil 998 millones de dólares a 83 mil 944 millones de dólares. Esto también se debió al reconocimiento de deuda pública de los Proyectos de Infraestructura Productiva
con Impacto Diferido en el Registro del Gasto, mejor conocidos como Pidiregas. Con ello, la deuda externa del sector público casi iguala a la que existía
en la crisis de 1994: 85 mil 435 millones de dólares. La gran diferencia es que en ese entonces, la deuda llegó a representar 36.4 por ciento del PIB, y hoy esa proporción es de apenas 2.6 por ciento (sin contar los Pidiregas, que representan 8.1 por ciento del En el Informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública elaborado por la SHCP el 30 de abril pasado, se desglosa la variación de la deuda interna y externa.

Deuda Interna
Representa 20.6 por ciento del PIB, 1.9 por ciento más que en el mismo periodo de 2008.
Deuda Externa
Representa 3.6 por ciento del PIB, 0.9 por ciento más que en el mismo periodo de 2008.

nota: La SHCP aclara que no se incluye en estos porcentajes la deuda pública directa de Pemex (Pidiregas), que equivale a 8.1 por ciento del PIB, porque es un “pasivo preexistente”. “Este ajuste no implica un aumento del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), o deuda pública ampliada, siendo el reconocimiento de un pasivo preexistente que se mantenía en cuentas de orden”. PIB).
La recesión en números
México no está en una crisis cualquiera. El gobernador de Banxico, Guillermo Ortiz, advierte que es la recesión “más severa desde la posguerra”. Y en este contexto, lo que menos se necesitaba era una emergencia sanitaria. Con el pánico y la parálisis que provocó el brote de la influenza A/H1N1, los indicadores económicos no lucen muy saludables.
Hasta los escenarios más optimistas pronostican una caída del PIB que podría ubicarse entre 0.3 y 0.5 por ciento, lo que equivale a alrededor de 30 mil millones de pesos. Según datos de Banxico, la economía se contraerá entre 3.8 y 4.8 por ciento y se perderán entre 350 mil y 450 mil empleos. Tan sólo en el primer trimestre de 2009, el PIB cayó entre 7 y 8 por ciento, cuatro veces más que en el mismo periodo de 2008 (1.6 por ciento). Además, de enero al 8 de mayo, las reservas internacionales bajaron 10.7 por ciento al pasar de 85 mil 441 millones a 76 mil 313 millones de dólares (9 mil 128 millones de dólares menos que en 2008).

Juan Antonio Zertuche

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