Tlaskamati

lunes, 18 de mayo de 2009

Mario Benedetti, Hasta mañana!




Táctica y Estrategia

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

Te quiero


Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos;
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.

Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice, y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada;
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.

Tu boca que es tuya y mía,
Tu boca no se equivoca;
te quiero por que tu boca
sabe gritar rebeldía.

Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Y por tu rostro sincero.
Y tu paso vagabundo.
Y tu llanto por el mundo.
Porque sos pueblo te quiero.

Y porque amor no es aurora,
ni cándida moraleja,
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.

Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país
la gente vive feliz
aunque no tenga permiso.

Si te quiero es por que sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

CORAZÓN CORAZA


Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Si Dios fuera una mujer

¿y si Dios fuera una mujer?
Juan Gelman

¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.

Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.

Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.

Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.

Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.

Hombre que mira el cielo


Mientras pasa la estrella fugaz
acopio este deseo instantáneo
montones de deseos hondos y prioritarios
por ejemplo que el dolor no me apague la rabia
que la alegría no desarme mi amor
que los asesinos del pueblo se traguen
sus molares caninos e incisivos
y se muerdan juiciosamente el hígado
que los barrotes de las celdas
se vuelvan de azúcar o se curven de piedad
y mis hermanos puedan hacer de nuevo
el amor y la revolución
que cuando enfrentemos el implacable espejo
no maldigamos ni nos maldigamos
que los justos avancen
aunque estén imperfectos y heridos
que avancen porfiados como castores
solidarios como abejas
aguerridos como jaguares
y empuñen todos sus noes
para instalar la gran afirmación
que la muerte pierda su asquerosa puntualidad
que cuando el corazón se salga del pecho
pueda encontrar el camino de regreso
que la muerte pierda su asquerosa
y brutal puntualidad
pero si llega puntual no nos agarre
muertos de vergüenza
que el aire vuelva a ser respirable y de todos
y que vos muchachita sigas alegre y dolorida
poniendo en tus ojos el alma
y tu mano en mi mano

y nada más
porque el cielo ya está de nuevo torvo
y sin estrellas
con helicóptero y sin dios

Una mujer desnuda y en lo oscuro


tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.

HASTA MAÑANA

Voy a cerrar los ojos en voz baja voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte, que es su pobre dueño la voluntad suspende su
latido y yo me siento lejos, tan pequeño que a Dios invoco, pero no le pido nada, con tal de
compartir apenas este universo que hemos conseguido por las malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo que este mundo de muerte
a manos llenas?

Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte, pero el futuro aguarda. Es
un abismo.

No me lo digan cuando me despierte.






Mario Benedetti, Hasta mañana!

Mario Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920, en la localidad Paso de Toros, en Tacuarembó; sus padres –Brenno Benedetti y Matilde Farugia– lo bautizaron con cinco nombres, según costumbre italiana: Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno.

Durante sus últimos años repartía su estancia entre sus residencias de Uruguay y España, tanto por motivos de salud como para atender sus compromisos.

Después del fallecimiento de su compañera de toda la vida, su esposa Luz López Alegre, en abril de 2006, Benedetti se trasladó definitivamente a su residencia, en el centro de Montevideo.

Con motivo de ese traslado donó parte de su biblioteca personal en Madrid al Centro de Estudios Iberoamericanos, de la Universidad de Alicante que lleva su nombre.

Entre los múltiples reconocimientos y premios con los que fue distinguido, el 18 de diciembre de 2007, en la sede del Paraninfo de la Universidad de la República, en Montevideo, recibió la orden venezolana Francisco de Miranda, en su Primera Clase, la más alta distinción que otorga el gobierno de ese país, por el aporte a la ciencia, la educación y el progreso de los pueblos.

Mario Benedetti inventó la palabra desexilio, motivo de muchas de sus obras.

Tras 10 largos años alejado de su patria, en marzo de 1983 pudo retornar a Uruguay, con lo que inició su desexilio.

Benedetti tuvo que abandonar su país tras el golpe militar del 27 de junio de 1973. La dictadura lo persiguió por distintos países, para detenerlo y cumplir la condena de muerte implícita que pesaba sobre él.

Primero partió a Buenos Aires, posteriormente se exilió en Lima, Perú, donde fue detenido, deportado y amnistiado; luego se instaló en Cuba. Tiempo después, Benedetti recaló en Madrid, España.

El joven trabajador y puntual

El joven Mario realizó sus primeros estudios en el Colegio Alemán, de Montevideo, en parte por la admiración que el padre tenía por ese país. Allí aprendió el idioma, el gusto por el trabajo bien hecho y por la puntualidad.

Sin embargo, en 1933, su padre lo sacó del colegio, ya que dicha institución obligaba a los alumnos a utilizar el saludo nazi.

…De acuerdo con Alejandro Herrán Bárcena, uno de sus biógrafos, aquel periodo lo definió como poeta. Solía leer en la Plaza San Martín.

“Leyendo al poeta Baldomero Fernández Moreno descubrió que él también podía serlo, que las poesías que leía estaban hechas con lo mismo que estaban hechas sus penas y sus alegrías. Por aquella época, el joven Mario escribía poemas de amor a Luz, (que ella nunca contestó).

“Desengañado por la farsa que resultó la secta Raumsólica, regresó a Montevideo. Esta época fue significativa por dos cuestiones, porque consiguió el soñado puesto de funcionario en la Contaduría General de la Nación, donde ascendió de manera paulatina, y que compaginó con otros trabajos, para completar su sueldo. Y porque enfermó de tifus.

“Dos meses de fiebres y diarreas le hicieron perder 14 kilos. Luz fue a visitarlo durante su enfermedad, y tuvo un proceder poco tradicional, diríase hasta prohibido y antihigiénico, que a Benedetti le conmovió y le robó el corazón para siempre: lo besó en sus labios contagiosos y cuarteados.

Hasta el momento yo no había creído que fuese tan tierna, inconsciente y osada.

Activista de izquierda

Entre sus diversas actividades, ocupó tres veces la dirección literaria de Marcha, el semanario más influyente de Uruguay y uno de los más importantes de América Latina. Fue miembro del Consejo de Dirección de Casa de las Américas, así como del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Fundó el Movimiento de Independientes 26 de Marzo, agrupación que formó parte de la coalición de izquierdas, denominado Frente Amplio. También fue director del Departamento de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República, en Montevideo.

En 1949 escribió su primer libro de cuentos Esta mañana, y en 1953, su primera novela Quién de nosotros, exceptuando la que escribió a los 11 años. En 1960, La tregua le dio reconocimiento internacional. Incluso, esta novela se llevó al cine bajo la dirección de Sergio Renán, y compitió por el Óscar a la mejor película extranjera en 1974; le ganó Amarcord, de Federico Fellini. En esa época además, obtuvo reconocimiento por Poemas de la oficina.

Uno de sus años más importantes fue 1959, cuando Benedetti viajó a Estados Unidos, a pesar de las reticencia de las autoridades de ese país para concederle la visa, ya que en un periódico de izquierda salieron publicados unos poemas suyos. Además, tuvo que firmar, entre otras cosas, que no iba a matar al presidente estadunidense.

Otro acontecimiento clave de ese año, fue la Revolución Cubana. “Sacudón que nos cambió todos los esquemas y que transformó en verosímil lo que hasta entonces había sido fantástico. Hizo que los intelectuales buscaran y encontraran motivaciones, temas y hasta razones para la militancia”. En esa misma época escribió El país de la cola de paja y Montevideanos.

El maestro Benedetti comentó a este diario (La Jornada/12 de mayo/1997): No tengo actitud subversiva sino crítica. Digo lo que me parece mal. Pero más que en los poemas y en los cuentos, lo digo en los artículos periodísticos sobre Uruguay y otros países de América Latina.

…..

La extensa obra del maestro Mario Benedetti abarca más de 70 títulos publicados, entre cuentos, novelas, poesía, teatro y ensayos. Ha sido traducido a más de 18 idiomas. Entre esa bibliografía se encuentran La tregua (1960), Gracias por el fuego (1965), El cumpleaños de Juan Ángel (1971), Primavera con una esquina rota –por el que recibió el Premio Llama de Oro de Amnistía Internacional en 1987–, La borra del café (1992) y Andamios (1996).

Su producción poética completa, por la que se le otorgó entre otros el Premio Reina Sofía en 1999, ha sido recogida en los gruesos volúmenes Inventario uno e Inventario dos.

Su última obra publicada, Testigo de uno mismo, se presentó en agosto del año pasado.

Benedetti se encontraba trabajando en un nuevo libro de poesía, cuyo título provisional es Biografía para encontrarme.

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