El 2000 fue un suceso histórico, México estaba convencido de que haríamos historia y gran parte de la población estaba esperanzada en el voto útil! El Priísmo se tambaleo y dijimos: murió el dinosaurio político.
Vino el 2006 con una elección como dijeron los moderados “atípica”, los optimistas la llamaron “haiga sido como haiga sido” y los “radicales”: Fraudulenta! Lo cierto es que se incrementó el descrédito del IFE y los partidos se apropiaron del monopolio de la voz ciudadana, el medio democrático se convirtió en la voz mediática de las televisoras y su complicidad con el poder.
Llegamos al 2009 y nos encontramos no solo en la peor crisis de la historia, si no también inmersos en una crisis política, educativa, tecnológica, de seguridad y con una sociedad golpeada en todos sus sectores. Estamos en la antesala de una elección donde existe un desencanto entendible en los Mexicanos: el desempleo se ve opacado con una urgente necesidad del Presidente de demostrar seguridad en la inseguridad, firmeza en su tambaleante postura política. Con su firewall, el ejército; se ve más alejado de la población que dice defender. En el mes de abril, mes de la influenza; el país adquirió deudas de más de 80 mil millones de dólares, se aprobaron permisos y leyes entreguistas y totalitarios.
La sociedad se ve estatizada en las decisiones de riesgo, y previsiblemente vienen unas elecciones llenas de abstencionismo y votos en blancos con un priísmo fortalecido por el voto duro; que pavimenta la alfombra de un candidato maniquí impulsado por el mismo sistema que gobierna (Peña Nieto) en 2012. Y podríamos pasar de un Presidente impuesto a un Presidente maquillado desde la pantalla de las televisoras, aprobado por el Sr. Slim y desde fuera; aceptado con el visto bueno en un hotel de la Cd. De México por Mr. Clinton…
Votar o no votar, No debe de ser el dilema! En la oposición: El frente amplio se han quedado rezagados, pasmados, en luchas internas. Pero puede ser una alternativa para darle un contrapeso político en la cámara? Un gran sector de Mexicanos somos escépticos hasta en este sentido, pero cada quien evalué y con su voto blanco o no; atice a la creatividad para nulificar a este sistema político voraz y enfermizo.
Y que este México moribundo tenga la oportunidad de inyectarse a el mismo, de forma intravenosa un veneno o una vez más; la vacuna contra la inmortalidad.
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