Sócrates Vázquez tuvo que caminar varios kilómetros hasta la caseta telefónica del pueblo para esta entrevista. El es el encargado de la radio comunitaria Jen poj en el municipio de Santa María Tlahuitoltepec en la sierra norte de Oaxaca.
Jen Poj significa vientos de fuego en tierra, para nosotros los mixe una radio se traduciría en ráfagas de viento en este espacio terrenal, cuenta Sócrates. Una comunidad de 10 mil habitantes donde sobreviven el caos de la posmodernidad con una cosmovisión única hablan desde y para ellos le dan espacio a lo que conforman consideran su esencia como pueblo y cultura. Radio Jen Poj, se proclama orgullosamente el primer medio creado, fundado y sustentado por un medio indígena en la historia de México. Nace en 2001 a raíz de los esfuerzos e iniciativa de los propios habitantes.
Para esto tuvo que emprender una batalla contra las estructuras tradicionales a nivel federal, no solo con el sistema de comunicaciones, si no en cada nivel de vida ciudadana. En la comunidad de Tlahuitoltepec, como en otras regiones de Oaxaca la tradición histórica trasciende y dicta las formas en que juntos eligen a sus representantes. Aquí, la radio resulta una forma de ser política, atípica pero milagrosa. Extrañamente democrática y representativa. En asambleas populares, por pertenencia, conocimiento, origen, etnia y merito, una persona es elegida para encarnar la responsabilidad de la autoridad. Comprobando así como las visiones específicas del mundo se plasman en la forma de organizarse, vivir, pensar y concebir. Para esta comunidad comunicarse y escuchar en ayuujk es simplemente vital, es sobrevivir. Es reconocerse unos frente a otros con identidad fortalecida. “La información de los medios masivos de comunicación, las grandes difusoras y televisoras, traen información descontextualizada, que confunde a nuestra gente”. Recuenta Sócrates.
Durante la epidemia de la influenza, les pedían información de lo que estaba pasando. Sobre todo los abuelos del pueblo que no hablan español. Por medio de la radio se aclaraba la situación en lengua ayuujk para evitar el pánico y se dieron recomendaciones sanitarias. Con programación bilingüe y temas de derechos humanos, medio ambiente y preservación de la cultura mixe, Jen Poj ofrece a sus escuchas la oportunidad de involucrarse. El artículo segundo de la constitución mexicana, otorga el derecho a los pueblos indígenas a tener espacios de comunicación masiva, lo que no siempre se respeta. “Somos parte de una estructura comunitaria, no somos agentes externos, estamos inmersos en el proceso de desarrollo. Esta es la gran diferencia esta es la gran diferencia con otras radios donde casi no participan los líderes comunitarios”. Añade Vázquez.
Este es el elemento que diferencia una radio comunitaria indígena, la esencia misma de comunidad que representa Jen Poj.
Radio Jen Poj es el resultado del trabajo de 17 colaboradores voluntarios. Se transmiten 14 horas de programación y utilizan un software libre para poder hacerlos desde Linux. A pesar de las carencias económicas y de infraestructura, saben aprovechar internet. No tienen líneas telefónicas, pero si cuentan con esta tecnología que resulta barata, accesible y manejable. La radio Jen Poj, así como otras radios comunitarias es el espacio que invita a sus escuchas a participar en la vida cotidiana y en la socialización de la información, contextualizada a una realidad específica y distinta a la del resto del país. Los pueblos indígenas solo aparecen en los medios de comunicación cuando hay tragedias, en la nota roja, cuando hay desastres naturales. Los grandes medios no incluyen la riqueza cultural de estos. Concluye Sócrates. En México este medio tiene un gran peso en la dinámica y funcionamiento de las comunidades, sobre todo en aquellas en aislamiento económico, social o político.
Los pueblos que no tienen voz, ellos mismos las construyen asegurándose que se escuche lo que tienen que decir.
Jen Poj significa vientos de fuego en tierra, para nosotros los mixe una radio se traduciría en ráfagas de viento en este espacio terrenal, cuenta Sócrates. Una comunidad de 10 mil habitantes donde sobreviven el caos de la posmodernidad con una cosmovisión única hablan desde y para ellos le dan espacio a lo que conforman consideran su esencia como pueblo y cultura. Radio Jen Poj, se proclama orgullosamente el primer medio creado, fundado y sustentado por un medio indígena en la historia de México. Nace en 2001 a raíz de los esfuerzos e iniciativa de los propios habitantes.
Para esto tuvo que emprender una batalla contra las estructuras tradicionales a nivel federal, no solo con el sistema de comunicaciones, si no en cada nivel de vida ciudadana. En la comunidad de Tlahuitoltepec, como en otras regiones de Oaxaca la tradición histórica trasciende y dicta las formas en que juntos eligen a sus representantes. Aquí, la radio resulta una forma de ser política, atípica pero milagrosa. Extrañamente democrática y representativa. En asambleas populares, por pertenencia, conocimiento, origen, etnia y merito, una persona es elegida para encarnar la responsabilidad de la autoridad. Comprobando así como las visiones específicas del mundo se plasman en la forma de organizarse, vivir, pensar y concebir. Para esta comunidad comunicarse y escuchar en ayuujk es simplemente vital, es sobrevivir. Es reconocerse unos frente a otros con identidad fortalecida. “La información de los medios masivos de comunicación, las grandes difusoras y televisoras, traen información descontextualizada, que confunde a nuestra gente”. Recuenta Sócrates.
Durante la epidemia de la influenza, les pedían información de lo que estaba pasando. Sobre todo los abuelos del pueblo que no hablan español. Por medio de la radio se aclaraba la situación en lengua ayuujk para evitar el pánico y se dieron recomendaciones sanitarias. Con programación bilingüe y temas de derechos humanos, medio ambiente y preservación de la cultura mixe, Jen Poj ofrece a sus escuchas la oportunidad de involucrarse. El artículo segundo de la constitución mexicana, otorga el derecho a los pueblos indígenas a tener espacios de comunicación masiva, lo que no siempre se respeta. “Somos parte de una estructura comunitaria, no somos agentes externos, estamos inmersos en el proceso de desarrollo. Esta es la gran diferencia esta es la gran diferencia con otras radios donde casi no participan los líderes comunitarios”. Añade Vázquez.
Este es el elemento que diferencia una radio comunitaria indígena, la esencia misma de comunidad que representa Jen Poj.
Radio Jen Poj es el resultado del trabajo de 17 colaboradores voluntarios. Se transmiten 14 horas de programación y utilizan un software libre para poder hacerlos desde Linux. A pesar de las carencias económicas y de infraestructura, saben aprovechar internet. No tienen líneas telefónicas, pero si cuentan con esta tecnología que resulta barata, accesible y manejable. La radio Jen Poj, así como otras radios comunitarias es el espacio que invita a sus escuchas a participar en la vida cotidiana y en la socialización de la información, contextualizada a una realidad específica y distinta a la del resto del país. Los pueblos indígenas solo aparecen en los medios de comunicación cuando hay tragedias, en la nota roja, cuando hay desastres naturales. Los grandes medios no incluyen la riqueza cultural de estos. Concluye Sócrates. En México este medio tiene un gran peso en la dinámica y funcionamiento de las comunidades, sobre todo en aquellas en aislamiento económico, social o político.
Los pueblos que no tienen voz, ellos mismos las construyen asegurándose que se escuche lo que tienen que decir.
Paulina Villegas
Trece veinte-indigo
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