Ayer sin duda fué muy especial, la culminación de un proyecto, de un tercio de esfuerzos(envoltorio de leña). Me propuse escribirte algo, algo que me naciera espontáneo, como espontáneo es la risa de un niño, el llanto tambien. Así.
Te decia la metáfora del tercio de leña y tu Padre bien lo sabe, porque es una tarea que uno se propone para el mismo fin que el proyecto que hoy culminas.
Te preguntaras porqué? Dejame decirte como buen leñador, tomamos un machete, un lazo y nos encaminamos al monte, donde creemos que hay leña seca, ramas caídas, de buena madera que nos pueda servir para prender fuego. Ese fuego que nos permitirá cocinar nuestros alimentos, nuestros sueños; el combustible de ellos.
Nos cuesta trabajo encontrarla, se nos dificulta, pero cuando la encontramos y creemos que ya hemos culminado todo! Nos aparecen a veces contratiempos, obstáculos que vamos sobrellevando con la habilidad de buenos leñadores.
Cortamos las ramas, la hacemos leña. Calculamos lo que podemos cargar, la amarramos bien, para que en el camino no se nos afloje el tercio y nos traiga complicaciones.
Transitamos todavia el camino de regreso, hasta llegar donde tu has llegado! Tienes la leña ya y comenzaras a preparar el fuego. Ese fuego es similar, a esa satisfacción que te da cuando has terminado tus proyectos.
Tienes ahora el combustible, la leña del madero que tu has seleccionado; la que quema bonito, de Huizache tal vez o de chijol.
Me da mucho gusto que hayas cumplido esa fase, este logro; ahora te espera solo cocinarlo. Tú mujer de retos, de emociones sensibles, de buena madera!
Te felicita, te abraza y te quiere.
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