MÉXICO, D.F., 30 de julio (apro).- ¿Qué hay detrás de las absurdas excusas que el perredista Carlos Navarrete ha ofrecido al PRI y a otros partidos opuestos al gobierno federal para evitar que Juan Molinar Horcasitas pise el Congreso de la Unión?
¿Y por qué el secretario de Comunicaciones y Transportes no quiere dar la cara a diputados y senadores?
Eso es parte de lo que los priistas quieren ahora indagar y por ello han presionado para que el secretario de Comunicaciones y Transportes comparezca ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
El pasado 30 de junio, día en que Felipe Calderón anunció el nombramiento de Mony De Swaan como presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, el diputado federal, Sebastián Lerdo de Tejada exclamó: ¡es un nombramiento ilegal!
A partir de ahí, el PRI impulsó la comparecencia de Molinar Horcasitas, cuando al fin los priistas y el PT aprobaron un punto de acuerdo en comisiones para que el tema se subiera al pleno de la Permanente y fijar fechas. Entonces, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Carlos Navarrete empezó a retrasar la presencia del secretario.
Sus excusas fueron desde “los secretarios no me contestan el teléfono” hasta aquello de “no encuentro al representante de Enlace Legislativo de la Secretaría de Gobernación”, siendo que éste, Manuel Minjares, siempre esta presente en las sesiones del Congreso.
Después de esperar pacientemente a que el perredista de la corriente de los “chuchos” hiciera lo propio para darle trámite a las comparecencias, tronaron y decidieron actuar por la libre.
Su principal motivo para que compareciera Molinar era para que argumentara, con la ley en la mano, las razones que lo llevaron a respaldar el nombramiento, primero como comisionado y luego como presidente de la Cofetel, de Mony De Swaan, un viejo amigo y colaborador suyo.
Tan sólo el pasado miércoles, el PRI tenía preparado tres puntos de acuerdo. El primero era presentar una denuncia de hechos ante la PGR por el nombramiento de Mony De Swaan, ya que, según ellos, no cubre todos los requisitos que la Ley Federal de Telecomunicaciones exige para el cargo. Y la segunda, es presentar una controversia constitucional contra el Ejecutivo federal por haberlo designado como presidente de Cofetel.
Y el tercero, que es el punto neurálgico de los nombramientos y “renuncias” forzadas de Héctor Osuna a la presidencia de Cofetel, era que explicaran varias irregularidades presentadas en la llamada Licitación no. 21 de Cofetel , a través de la cual se subastaron entre Televisa/Nextel, Telcel, Usacell y Telefónica, varias frecuencias del espectro radioeléctrico para utilizarla como red de tercera generación.
Ninguno de los tres puntos de acuerdo pudo llegar a la tribuna del Senado, lugar donde sesiona la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. Lo anterior no se pudo lograr porque Carlos Navarrete, su presidente, los frenó.
La licitación y parte de los fallos que se han ido dando paulatinamente, provocaron que Televisa/Nextel se quedara con la red de frecuencia más importante de un bloque de 30 Megahertz a un costo ínfimo y, por consiguiente, que el gobierno federal perdiera, por lo menos, 5 mil millones de pesos.
Eso es lo que hay detrás de todas las maniobras de Juan Molinar Horcasitas: la confección de una licitación amañada donde Mony De Swaan ha estado metido, y con una total afectación para el resto de los participantes y la hacienda pública federal.
Ante el freno de Navarrete, el PRI no se ha quedado callado. Al día siguiente, el jueves 29, diputados y senadores de éste partido acudieron a la Procuraduría General de la República a interponer una denuncia de hechos por el nombramiento de Mony De Swaan.
Y, en paralelo, anunciaron la controversia constitucional que interpondrán ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación en contra del Ejecutivo federal por el nombramiento de Mony de Swaan como presidente de la Cofetel.
La consecuencia de todo esto es que, de proceder ambas acciones del PRI, el nombramiento del amigo de Juan Molinar Horcasitas sería ilegal y por lo tanto todos los actos y resoluciones en las que haya participado serán “inválidas”.
Es decir, que el proceso de la Licitación no. 21 se tendría que reponer e, incluso, confeccionar nuevamente las bases de licitación, las cuales desde un principio anularon la participación de todos los oferentes, con excepción de Televisa/Nextel, que fue quien se vio beneficiado con el proceso actual.
Carlos Ramírez Marín, uno de los operadores de la dirigente nacional del PRI en la Cámara de Diputados, así lo dijo este viernes, pero además cuestionó el actuar de Carlos Navarrete.
Por cierto, otro de los puntos de acuerdo del PRI que Navarrete frenó el pasado miércoles, fue el “severo extrañamiento” que pedía se le hiciera al presidente de la Mesa Directiva, por asegurar, “sin acuerdo ni consulta con los grupos parlamentarios, que la reforma política está asegura para el próximo periodo de sesiones, lo que parece claramente destinado a agradar al Ejecutivo Federal…”.
El punto de acuerdo no vio la luz pública, pero el PRI se ha encargado de reclamar en los subsiguientes días el actuar de Navarrete, de quien los priistas han sostenido que “se ha dedicado a retrasar la presencia de varios funcionarios, lo cual evidenció que se prestó a intereses ajenos al Poder Legislativo”.
¿Cuáles son esos intereses ajenos?: prestarse de tapadera de Molinar Horcasitas. ¿Para qué? Quizá porque la alianza PAN-PRD continúa y con miras al 2011.
¿Y cuáles son “esos intereses” de Molinar y Mony De Swaan?: evitar que se trastoque el millonario beneficio que le dieron a Televisa/Nextel.
¿Por qué? Es la pregunta, y una respuesta es quizá la Presidencia de la República para el 2012, donde otra vez Televisa le deba un favor a los partidos, en este caso al PAN.
Sólo hay que recordar como, en 2006, el Poder Legislativo apresuró la llamada “Ley Televisa”, la cual fue una serie de modificaciones a la Ley Federal de Telecomunicaciones y al Ley Federal de Radio y Televisión. La ya famosa ley permitía que las televisoras mantuvieran casi a perpetuidad sus concesiones y que no se le diera cauce a las radios comunitarias, entre otros beneficios.
Los tres principales partidos, PRD, PRI y PAN, avalaron la dichosa ley y Televisa les pagó con la promoción de sus candidatos durante el proceso electoral de 2006 para la Presidencia de la República. Aunque ahí los tres partidos aprobaron en primera instancia la “Ley Televisa”, algunos legisladores de PAN y PRD acudieron a la Corte y lograron reducir algunos de los beneficios para las grandes cadenas televisoras.
Hoy la historia parece repetirse, sólo que ahora el operador para que Televisa se beneficie parece ser Molinar Horcasitas y su “sombra”, Mony de Swaan. Y protegiéndolos, desde el Poder Legislativo, el perredista Carlos Navarrete.
Los priistas ya tuvieron su lección. Para el 2012 quieren evitar que sea Televisa quien les imponga al candidato y prefieren que la empresa no le deba favores a nadie, mucho menos a los panistas, llámese Felipe Calderón, Juan Molinar Horcasitas o Mony De Swaan.
Por otro lado, los perredistas que tienen en su poder los órganos de dirección de ese partido, ya se dieron cuenta que ganan más de la mano del PAN que enfrentándolo. Por lo menos así lo demuestran las pasadas elecciones estatales. De ahí que para la elección más importante de 2011, la del gobierno del estado de México, decidan aliarse de nuevo con los panisats.
Si lo anterior es así, entonces tendrían lógica las maniobras de Carlos Navarrete a favor de Molinar Horcasitas para que no dé la cara ante diputados y senadores, para que no explique nada de la Licitación No. 21 y del nombramiento de su viejo colaborador, Mony de Swaan.
Sólo así se entendería parte de su actuar. Lo único cierto es que el PRI hará todo lo posible por echar abajo tanto el nombramiento del presidente de la Cofetel, como la licitación que tanto benefició dará a Televisa.
El próximo 10 de agosto, día en que Molinar finalmente acuda al Poder Legislativo, quizá se puedan despejar estas dudas y cada partido muestre más claramente sus cartas, las cuales sin duda se jugarán con miras al 2012.
mjcervantes@proceso.com.mx
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