Balance
Ayer corté el último árbol
detuve el último río
embalsamé al último león
y a la última oveja,
tomé las últimas plumas del ave
las enterré bajo la última tierra
envenené el último mar
crucifiqué el último cielo
y agoté su fondo muerto
y su altura muerta.
Perseguí, devasté, arruiné
para quedar yo solo en ninguna parte.
Todo se precipitó en su terror
y entró en mi pecho vacío,
refugio de la destrucción.
Ahí se agazaparon fósiles gráficos
lo móvil y lo inmóvil,
los elementos, los límites, el simio,
el felino y el paquidermo,
el reptil y las raíces.
Creo que me volví macrocosmos
me volví universo,
si existo.
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