Eres uno de los mitos más ignorados, presa por esas rejas que simulan platanales, agazapada en tu sombra que te protege de la indiferencia del pueblo, desparpajo del arroyo que un día asomó tu cuerpo, “la piojenta” te llamaban los malvados; sigues allí en las crónicas ricas que no se han contado y en los abismos misteriosos…
Santa Inés, selva desconocida, menos salvaje que las mujeres que te rodean, más inmaculada que tu rostro sucio; más pura por dentro que tu pasado escondido.
Santa Inés pudo ser musa de poetas,
Flor de un gran jardín,
Lisa Gherardini de Da Vinci,
Ella…eligió su príncipe imaginario.
Y hoy que la recuerdo me pregunto:
Qué quieres ahora Santa Inés?
Doropeatón
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