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domingo, 11 de octubre de 2009

GABRIELA MISTRAL LESBIANA Y NERUDA COMUNISTA… SOLO POETAS



GABRIELA ERA LESBIANA: QUE HACEMOS?

En su País. Gabriela Mistral está por todas partes, tal vez porque así se puede esconder a Neruda detrás de ella: A la hora de elegir escritor nacional entre los dos premio nobel de Literatura. La autora de Tala Lagar, que Io ganó en 1945, es menos comprometedora que el de Residencia en la tierra, que lo obtuvo en 1971 y que sigue siendo un personaje controvertido a causa de su militancia comunista.

Así que mientras él parece algo recluido en su casa-museo de Isla Negra, de Valparaíso y de la capital, su colega y amiga mantiene una presencia pública extraordinaria. Como ejemplo podemos decir, que su cara protagoniza los billetes de 5.000 pesos y que el centro cultural que se acaba en estos días en Santiago de chile, construido para celebrar el bicentenario del país en el año 2010 y que presume de ir a ser el más grande de Amé rica, también lleva su nombre que por cierto, era tan falso como el del propio Pablo Neruda: En realidad, uno se llamaba Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto y la otra Lucia de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga.

Si pronuncias seguido esos once nombres y apellidos, te sale un equipo de fútbol entero.

Ahora, la parte más reaccionaria de la Sociedad chilena, la que aún pasea orgullosa por la céntrica avenida 11 de septiembre, en Santiago, bautizada para conmemorar la fecha en que los militares golpistas derrocaron a Salvador Allende. Se hace cruces ante la polémica que ha propiciado la aparición del libro niña errante.

Cartas a Doris Dana, en la que quedan claros las preferencias sexuales de la autora de Desolación. Hace poco, el semanario The clinc incluyó en su portada una foto a toda plana de Gabriela Mistral con ese titular irónico: "¡Era lesbiana! ¿Qué hacemos?". Y no parece que ese vaya a ser el último episodio que obligue a replantear su biografía, porque se sabe que la parte inédita de su poesía, que también estaba en poder de su novia y albacea norteamericana, fallecida en el año 2006 en Florida, duplica la publicada y es muy explícita en su contenidos.

La correspondencia reunida en Niña errante, que ha salido en Chile en el sello Lumen, se lee como si fuera una novela que cuenta la hermosa historia de amor de esta, dos mujeres que se conocieron en Nueva York tras una conferencia que dictó allí Mistral. Al año siguiente de haber sido galardonada por la Academia Sueca y que compartieron parte de sus vidas en equilibrio entre el amor, el deseo, los celos y la Distancia.
Esto último porque la joven Dana, que también escribía poesía, aunque de forma esporádica. Tenía que pasar gran parte de su tiempo en Estados Unidos. Lo cual desesperaba a su famosa amante, quien al mal consiguió que el Gobierno de su país la nombrara cónsul en Nueva York, para poder estar juntas.
En el libro conocemos los problemas de salud de Ia pareja que hacía difícil que la preciosa Dana, una joven que guardaba un parecido asombroso con la actriz Katharine Hepburn, acompañase a Mistral a sus viajes, como ella quería. También vemos cómo crece su amor.

"Desde que te fuiste yo no rio
y se me acumula en la sangre
no sé qué materia densa y oscura.
Yo no puedo saber aún, amor mío,
lo que ocurra conmigo
a lo largo de los sesenta días
de nuestra separación(...)

Estoy viviendo la obsesión, amor.(..)
Yo no sabía hasta dónde eso
-lo vivido- Ha cavado en mí,
hasta dónde estoy quemada
por ese punzón de fuego, que duele
igual que la brasa ardiendo
sobre la palma de la mano".



Escribe Mistral a Dana, y esta responde:


Mi amor, todo lo bonito me habla de ti,
Siempre tú estás conmigo (…)
Veo el cielo y pienso: este mismo cielo
Toca la cabeza de mi querida (…)

Yo me pongo en el viento y en la lluvia
Para que puedan abrazarte y besarte, por mi.

También hay momentos de desconfianza y reproches con los que Gabriela le hace saber a Dana:
“El infierno puro que ha sido para mi
Tu silencio de siete o mas días”.

O le dice:

“En cuanto a tu miedo de perderme, Tu falta completa de confianza, Yo no me merezco eso, que me da Un poco de cólera y un mucho de tristeza, Casi de amargura. .
Yo no soy una sinvergüenza, no mi amor, Yo no soy eso que tú imaginas.
Soy una desgraciada si tú sigues sin tener fe En tu Gabriela”.

Las cartas siempre están firmadas así, pero es curioso que en muchas de ellas Mistral hable en Masculino:

“Soy arrebatado, recuérdalo
y colérico, y torpe. Por favor
no vuelvas nunca a sufrir así.
A padecer por mí culpa,
Tienes que saber que así
Me das una vergüenza de mí mismo”.

La poeta ayudaba económicamente a su compañera, y parte del epistolario lo ocupan los cheque que le anuncia Mistral que va a mandar o la oferta de que se quede con la renta que produce una casa que tiene alquilada en Monrovia. Pero sobre todo, Niña errante demuestra la de espera de un de un amor acosado por las separaciones.

"Tengo ganas de morirme
porque dudo de que vuelvas".

Le escribe Mistral a Doris Dana: y hacia el final del Libro, cuando demasiados asuntos domésticos rodeaban ya su paraíso, le da instrucciones para que cuide sus cuentas y le dice:

"Te encargo que tú veles porque yo tenga siempre en caja el valor de lo que cuesta un entierro en tu país”. No quiero cargarte a ti con ese gasto grande"

Gabriela Mistral murió en Nueva York, en febrero de 1957. Su novia la sobrevivió cincuenta años y custodió su legado hasta su fallecimiento. Sólo entonces su sobrina dono al Gobierno chileno los cuarenta mil documentos que forman legado inédito de la autora de Lagar, en el estaban incluidas estas cartas.


EL PAIS (Diario conservador Español)

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