Tlaskamati

sábado, 6 de septiembre de 2008

PROVERBIOS

Hurgando en unos recortes de papel me encontré este poema profundo que ahora lo retomo como parte de esta introspección, como si fuese un declarado y contrariado ateo ojalá en constante búsqueda permanente...jaja sale!


Tres cosas me son ocultas,
Aun tampoco se la cuarta;
El rastro del águila en el aire,
El rastro de la culebra sobre la peña
El rastro de la nave en medio de la mar
Y el rastro del hombre en la doncella.

Proverbios: 30: 18-19

Tres cosas me son ocultas,
Aun tampoco se la cuarta
Cinco me aterran, hacen mi delicia seis:
La vida de nuestras almas,
La vida de nuestros cuerpos,
El abrigo de nuestra tensión,
El gemido de un grito de alivio
La quietud de la casa en la noche
El sueño profundo de nuestros hijos.

Tres cosas me son ocultas
Aun tampoco se la cuarta,
El niño que desaparece de los huesos de la cara,
El surgimiento de apetitos y fracasos en el rostro
La ligereza y el peso de los años;
Cuando flotan, cuando se hunden.
Y la soledad interior, el ermitaño cerebro, el corazón retenido

Mas primitivo, mas original antes que nada,
Cegado por la voluntad como el puño de un recién nacido.
El corazón se apodera del habla,
Enlaza y liga la palabra corazón*
Y su idea, rindiéndolas hasta hacerlas sentir sus propios latidos.
La vida interna de ambas.

Por tres cosas me es insufrible la noche,
Y la cuarta me despierta en la madrugada:
El que ella no este a mi lado,
El estatuto del tiempo que es como un parpado,
El niño que habla en su sueño,
Las tundas de la falta de espacio.

Tres cosas me encarnecen el futuro
Y son cuatro las que hacen del pasado un sueño:
El ingreso de dios en la historia,
El saber que ahora está atrapado,
La efímera perfección
Del abrazo de los amantes cuando persisten un instante mas…
Y el recuerdo de ese instante.
Así es con la vida de todos los días,
De la aurora a la noche es así;
La mañana que sube con ligereza superior a la del aire.
Y el mediodía un cambio de turno, un parpadeo.
Más adelante el descenso entre nubes,
El deseo de un cuerpo distinto
Y vuelta a los cimientos,
Al peso de la tierra, al corazón de la tierra.

Tres cosas me son ocultas,
Aun tampoco se la cuarta:
La doliente fabrica del deseo,
La resolución incontestable del ausente,
A quien requieres…
La luminosidad de su cuerpo,
El peso de la luz.

Tres cosas dicen el nombre de dios,
De su presencia dan voces cuatro:
La voz interior que dice vive!
La voz exterior que dice vive!
La voz que afirma: dios mío!
Sobre la faz del tiempo Abruptamente cancelado,
Y repetir como un salmo;
Todo mi cuerpo se expande!


MARK JARMAN
POETA ALEMAN

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