Tlaskamati

jueves, 3 de junio de 2010

La voz / que pudo ser remedio / y por miedo / no fue nada...La paz


Educar para la paz

Junio 3, 2010 por Fundação José Saramago

Resulta mucho más fácil educar a los pueblos para la guerra que para la paz. Para educar en el espíritu bélico basta con apelar a los más bajos instintos. Educar para la paz implica enseñar a reconocer al otro, a escuchar sus argumentos, a entender sus limitaciones, a negociar con él, a llegar a acuerdos. Esa dificultad explica que los pacifistas nunca cuenten con la fuerza suficiente para ganar… las guerras.

“Israel es rentista del Holocausto”, en ¡Palestina existe!, Madrid, Foca, 2002 [Prólogo y edición de Javier Ortiz] [Entrevista de Javier Ortiz]





Activistas y soldados israelíes luchan por difundir sus versiones de un incidente del que todavía se desconoce el verdadero detonante


Después del ataque del Ejército de Israel a la flotilla de la Libertad , israelíes y activistas libran ahora otra batalla: la de las imágenes. Porque tanto unos como otros iban armados con cámaras que en estos días les sirve para difundir distintas imágenes del incidente, que acabó con la vida de nueve activistas, y ganarse de esta manera a la opinión pública tras un suceso que arroja varios interrogantes.

Según el Ejército israelí, todos los enfrentamientos se produjeron en el Mavi Mármara, el buque de mayor tamaño y puntal de la flota de seis embarcaciones que llevaba ayuda humanitaria a la franja de Gaza. Algunos activistas, sin embargo, han asegurado que los militares israelíes también actuaron por la fuerza en otras embarcaciones. Con todo, el Mavi Mármara fue el principal escenario de la batalla desigual entre los ocupantes de los barcos y los soldados israelíes.

¿Cuál fue el detonante de la violencia que mató a nueve civiles a bordo del Mavi Mármara? Con los vídeos difundidos por las distintas partes, esta pregunta se hace aún más difícil de responder. Porque es muy complicado establecer una secuencia de los hechos y más aún determinar quién atacó primero.

Los activistas han utilizado Livestream , una compañía con sede en Nueva York, para publicar su vídeo en Internet. La Armada israelí, por su parte, se ha servido de su canal de Youtube (con más de 12 millones de visitas desde su creación en diciembre de 2008) con el objetivo de mostrar cómo sus soldados actuaron en defensa propia.

Según el Ejército israelí, los activistas atacaron a los soldados en sus lanchas con una granada, una caja de platos y mangueras de agua mientras se disponían a subir al Mavi Mármara. En su versión, los militares iban armados con balas de goma (usadas para dispersar protestas) y pistolas, que solo utilizarían como último recurso. Una vez dentro del barco, los soldados israelíes fueron atacados con violencia y de forma premeditada. Los ocupantes portaban cuchillos y barras metálicas y consiguieron hacerse con dos armas de los militares.

Pero esta versión choca con la difusión de la cadena Al Jazeera en su edición en inglés. Uno de sus reporteros, Jamal Elshayyal, se encuentra a bordo del barco y asegura que los activistas "han levantado la bandera blanca" y, pese a todo, los soldados disparan contra la embarcación. En esas retransmisiones se oye decir que los militares atacan la flotilla en aguas internacionales. Se repiten las escenas en las que se ve a heridos sin armas y cómo al menos cinco soldados con máscaras se adentran sin resistencia al interior del barco. Los deportados ya discreparon ayer de la versión israelí .

Tras el trágico incidente, la Unión Europea y Naciones Unidas pidieron una investigación imparcial de los hechos. Algo que todavía no se ha producido. La organización Reporteros Sin Fronteras denuncia que Israel no quiere que se sepa lo que sucedió realmente dentro del Mavi Mármara. "No es la primera vez que Israel somete a esta censura ante una situación como esta. Ya sucedió tras la Operación 'Plomo Fundido' en la franja Gaza. Por eso, reclamamos la libertad de información", asegura Malen Aznarez, vicepresidenta de Reporteros Sin Fronteras. En la flotilla de la Libertad, viajaban 60 periodistas que fueron detenidos, entre ellos el español David Segarra. "Les han quitado todo. Las cámaras fotográficas, los vídeos y cualquier material que llevaran. Pero el problema es que no hay confirmación todavía de nada. Israel impone la censura al principio y luego una seudocensura ofreciendo información interesada. Por ejemplo, todavía no sabemos cuántos y quiénes son los muertos y heridos tras el ataque".

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