en la verde mañana que te espera
déjame celebrar la primavera
en el hermoso largo de tu cuerpo.
Déjame recorrer ese universo
que conozco sin limites y fronteras
déjame descansar sobre tu pecho
que calienta mi piel como una hoguera.
Déjame repasar tus accidentes
detenerme a palpar cada medida
humedecer tus ojos y tus fuentes
y penetrar al fondo de tu vida.
Déjame demostrar que diez noviembres
purifican el alma y el deseo
que al abrazarte aún mi cuerpo tiemble
y relajado en paz me duerma luego.
Déjame al despertar tener la dicha
de hablar y compartir nuestros anhelos
y en la mañana verde que termina
volver a repetir que te quiero.
Pablo Milanes
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